-¿Qué me ves? – Preguntó la Luna.
- Nada – Respondí – Solo me pregunto cómo se ven las cosas desde allá arriba.
- Desde acá, las cosas se ven de color azul y a lo lejos titilan radiantes las estrellas de mar.
- Y a los humanos… cómo se nos ve?
- Se les ve con el corazón lleno de mar, el alma llena de raíces, tratando de buscar en el cielo lo que tienen en la tierra, buscando la forma de bajar una estrella para regalar o esperando a ver quizá una fugaz para pedir un deseo…
-¿En serio? ¿Por qué dices que buscamos en el cielo lo que tenemos en la tierra?
- Porque no es necesario buscar la forma de bajar una estrella o de pedir un deseo a una estrella fugaz, para entender que estas no solo viajan, algunas caen al mar esperando a que alguien las tome para regalársela a un persona especial.
- Pero las estrellas de mar no brillan como las fugaces.
-Eso crees tú, brillan tanto o más que las fugaces, ellas viven. Lo que pasa es que las personas creen que el cielo está lleno de magia y piensan que es la gloria, lo ven tan lejos que creen que es imposible tocarlo con las manos.
- Sí, es imposible tocarlo con las manos.
- ¡No! Ve al mar, ve a buscar esa estrella fugaz que ayer cayó para ti, luego que un ser especial vino a decir que si pudiera te daría el cielo entero, y que antes de caer en un profundo sueño, empacó para ti la noche de hoy.
Corrí inmediatamente al balcón de mi casa que da hacia el mar… el pecho se me lleno de un aire con nombre propio.
-¿Este es? – Le pregunté.
-Así es – respondió – mira, acércate, mira ese enorme cielo que hay hoy para ti, es todo tuyo.
Una tímida sonrisa se apodero de mí, y lleve mis manos sobre las cristalinas aguas de aquel mar que ahora estaba vestido de cielo…
-¿Ves? Ves como es de fácil tocar el cielo con las manos.
-¡No sólo con las manos! – Le respondí, mientras me sumergía de lleno en ese hermoso cielo nocturno y sentía su corazón como pez en mi alma.
#Fin
#Fin
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