Creer que callar es olvido, es creer que solo existen las letras y la voz para convencerse de nuestra propia existencia… es relegar nuestros sentimientos y el pálpito del corazón a un segundo plano, solo por esperar en lo visible y lo palpable algo que demuestre que no solo de las ausencias se huye, que no solo se le tiene miedo al silencio sino que además se le culpa de lo que no sucede, de lo que no pasa… Cuando si algo es cierto es que en silencio se viven y pasan muchas más cosas que en solo las letras que se escriben, las historias que se cuentan, los ojos que las leen y esos hombres atentos que las escuchan.
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