Creo que anoche estuviste rondando por mi alma… No me digas que no porque se muy bien cuando eso pasa. A mi gato se me da por llamarlo por tu nombre, el cielo se pone tan tranquilo que parece que se vistiera más de mar que de cielo, el árbol de la vecina estira una de sus ramas y viene a dar justo enfrente de mi ventana como si me quisiera saludar, la luna no me dejo de seguir ni un segundo y cada vez la sentía más cerca, como si solo le faltara cruzar la calle y tocar a la puerta de mi casa y a mí se me dio por escribir en letra cursiva. Deja de rondar por mi alma que te vas a convertir en sombra.
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